Hoy lunes 14 de noviembre, noche de superluna, Nacho Mañó y Gisela Renes han estrenado en las redes sociales y en la radio su canción "Todavía", de su álbum "Tonada de luna llena", que se presentará el próximo mes de enero. He tenido el placer de poderlo escuchar completo y haber conocido desde hace meses su contenido en varios recitales y encuentros. Estas son las emociones que me transmite. Disfrutadlo cuando tengáis oportunidad. Un auténtico regalo para los sentidos.
Me gusta tomar baños de luna llena. Abrir las palmas de las
manos hacia arriba, mirando la luna, para que su energía atreviese como clavos los
caminos de agua y hierro que alimentan mis sueños. Son baños que dan luz a mi
piel y brillo a mis ojos.
Sumergirme en la noche iluminada me hace sentirme dos veces
vivo. La que disfruto aquí en la tierra. Y la existencia sideral que allá a lo
lejos me ofrece el horizonte. Una distancia que me permite entrar en comunión
con mis hermanos del universo. Mis deseos viajan hacia tierras que desconozco,
convencido de que otros seres como yo están buscando, en ese mismo instante, a
través de los rayos de luna, compartir sueños y alegrías, proyectos y
emociones.
Me gusta tomar baños de luna llena porque la noche deja de
estar sola.
Conozco a Gisela y Nacho desde hace años, desde que están
juntos. Antes no sé muy bien qué fue de ellos. Para mí siempre estuvieron
unidos. Disfruto de su compañía y cercanía. Nos reunimos para compartir sueños,
para hacer fiesta con la emoción de la música y sus palabras. Por eso creo
haber captado la intención de esta tonada de luna llena que ahora nos regalan a
todos en forma de disco. Y a vosotros os lo quiero transmitir.
Después de haber creado un proyecto de vida compartido, han descubierto que uno y otro también pueden
ser su espejo complementario, para componer música, para construir palabras
poéticas a ritmo con las armonías, para configurar un universo que nos incluya
a todos, próximos y lejanos, familia de sangre y familia de ensueños, pampa
argentina y brisa mediterránea.
El álbum que tenéis en vuestras manos os invita a realizar un
viaje por sus biografías, y las de sus amigos con los que comparten melodías y
experiencias. Creo que fue la música brasileña el espacio sonoro donde se
descubrieron el uno al otro. Y a ella han vuelto, a veces con aires de bolero,
otras con angustias y espantos, a menudo con lágrimas secas y lloros de agua,
en ocasiones con sonrisas de hielo y dudas de hasta dónde llegará el amor.
El retorno a Brasil ha sido un amoroso pretexto para ahondar
en sus almas y poner música a unos mundos que siguen escondidos y protegidos. La luna me está mirando, yo no sé lo que me
ve, yo tengo la ropa limpia, ayer tarde la lavé. Desnudos y limpios
asistimos al espectáculo de lo más hondo. Cuando una hija os anuncia que os va
a dejar. Ve recoge tu destino, aquí me
quedo a esperar, seré paciente y consciente, cuando te quieras marchar…Y el
tiempo en el rostro hará serpentinas con el viento, luceritos de cristal.
Aunque sean pequeños, me bastan para iluminar los senderos de agua que me
conducen por los claros de luna. También cuentas con la estrella de tu padre,
más fugaz de lo que hubieras deseado. Este sí que se fue para no volver. Se fue
dos veces: emigró de su país y salió del globo tierra. Cae la luz y aparece en el cielo la luz del sur… donde yo estoy
volvería a elegirte mi norte, bailando contigo.
El camino de la búsqueda sigue, bien iluminado por los
luceritos, guiado por la estrella del Sur. La
vida que no viví, ahora que estás aquí, la voy a conjugar. Otra manera de
seguir por la vereda. El libro, el viaje
y el amigo que te espera… el simple aroma de la tierra me va llevando a ese
lugar. El encuentro con el otro, con el peregrino cómplice en el camino de
dudas. ¿Sabías que te busco en sus ojos,
y te veo mirarme recorriendo mi piel?... La vida a tu lado como un largo viaje…
Por ti comenzaría otra vez… sencillamente por oírte hablar del mar. La luna
plena crea tantas dudas como certezas, pero sólo cabe seguir. La respuesta se
encuentra en la brisa del mar, en el permanente retorno de las olas, que
siempre vuelven para deshacerse con espumas en la orilla de la playa. Ya no duermo con las dudas, voy caminando al
compás, no reescribo el argumento me dejo llevar…Deja que mi alma hoy te lleve
a la distancia del ayer… Todavía es tu sombra vacía quien me abraza al
dormir…acepta el amor.
Y así podemos llenar la noche de las mil sugerencias que
transmite el nuevo disco de Gisela y Nacho. Diecisiete composiciones y un solo
relato, con la participación de unos invitados muy especiales a esta explosión
de creatividad musical.
Inmerso en estas sinuosas sugerencias me preparo a tomar mi
futuro baño de luna llena. Una luna que ilumina más que el sol. Hasta las
sombras puede convertir en certezas. Después de escuchar el disco, ya sé que
los baños de luna plena me pondrán en contacto con otros corazones, vivos y
ausentes, que han sentido lo mismo que yo. Con seres queridos que se despiden
antes de tiempo y que, por fortuna, no se van. Con amores que cuando te besan
te dicen hasta nunca. Con despedidas que se transforman en reencuentros. Con
desamores, porque no hemos aprendido a amar y ser amados.
Claros de luna oscura. Claros de luna plena.
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