jueves, 13 de diciembre de 2018

JOSÉ MONLEÓN, ILUMINADOR DE SOMBRAS


En la colección "Libros de la Academia", una iniciativa de la Academia de las Artes Escénicas de España (AAEE), ha aparecido una interesante selección de escritos pertenecientes al gestor y teórico del teatro José Monleón. Con este libro publicado dos años después de su muerte es fácil reconstruir su pensamiento social y político, la memoria de su vida, su visión del arte, su compromiso con un teatro abierto a la paz y al ser humano diferente. El título del volumen es José Monleón o el iluminador de sombras, cuya edición he tenido la fortuna de compartir con su hija Ángela Monleón. Ella me ofreció la oportunidad de ayudarla en su construcción respetando lo más posible el código vital, cultural y teatral que caracterizó la trayectoria del fundador del Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo.
          El proceso que debimos seguir para llegar a los 28 textos que conforman la edición resultó largo y laborioso. Son textos que tienen todo tipo de formato y de registro literario. Unos son conferencias transformadas en lecciones literarias y otros, textos que se reescriben después de una intervención pública para fusionar lo dicho con lo  que se quiso decir. Monleón ejerció de intelectual que se presentaba como una persona muy libre en las diferentes facetas de su vida, y también en el uso de los códigos de escritura. En sus innumerables intervenciones públicas usaba ante un auditorio entregado el tipo de oratoria y lenguaje que consideraba más apropiado para el espacio social en el que se encontraba.
        Al empezar a pensar en los materiales del libro, quisimos inventariar los temas y los argumentos que le fueron preocupando en sus diferentes etapas vitales. Se trataba de agrupar las principales líneas, los ámbitos esenciales en los que situó sus preocupaciones vitales, sus inquietudes culturales y políticas, sus descubrimientos teatrales, sus retos profesionales.
       A partir del año 2000 mostró interés por dejar escritos determinados episodios de su vida, la infancia y la adolescencia, las vivencias de la guerra civil y del primer franquismo. El libro La travesía reúne esos testimonios. Su contenido no pretendía ser unas memorias completas, pero ya mostraba su especial interés por incorporar la vida personal a los libros, artículos y conferencias, ofreciendo una imagen vibrante de intelectual que agrega a su razonamiento, el corazón y la emoción de sus experiencias.
        Quisimos imaginar que además de ser una persona que siempre defendía su libertad de opinión, supo también ejercer de rebelde con causas, en las que incluso sometía a revisión su propia conducta o sus propias determinaciones. El perfil de amotinado de Aranjuez le iba como anillo al dedo. Pepe -recuerdo ahora- primero iba a la contra, en un pulso inicial ejercía la crítica, pero luego intentaba construir complicidades y sumar voluntades para crear cuerpo social.
       Era evidente que su análisis del teatro conservador español durante el franquismo se había nutrido de clases dadas en las aulas, de centenares de artículos y críticas teatrales publicados en Triunfo, Primer Acto, Diario 16...  En ese inmenso espacio de escritura debíamos encontrar parte de los textos elegidos para el libro. Monleón militó en el rescate de la cultura republicana, mutilada y exiliada por el golpe de estado de Franco y la inevitable guerra civil. Max Aub, Rafael Albertí, Miguel Hernández, García Lorca, Valle Inclán, José Ricardo Morales corresponden a la nómina de obras y autores a los que se entregó en cuerpo y alma desde los años 60. 
    La trayectoria vital de Monléon experimentó una transición y transformación cultural mucho antes de que el dictador diera su último suspiro en El Pardo. Antes de 1975 ya había descubierto y escrito sobre el teatro europeo de vanguardia en festivales donde Grotowski, Stanislawsky o Artaud, proponían nuevas formas de dramaturgia y de consideración del trabajo actoral. Conoció anticipadamente la nueva escena europea. Pero mientras ponía un pie en nuestro viejo continente, el otro pisaba tierra firme por América Latina, donde desplegó un importante trabajo informativo y un activismo teatral que mantuvo vivo toda su vida. En esos espacios internacionales es donde imaginó e impulsó una nueva manera de considerar el flamenco. Lo sacó del tablao para subirlo al escenario y le incorporó el sentido dramatúrgico que mantenía oculto. La Cuadra de Sevilla es la compañía española que representa perfectamente lo que Monleón soñó e imaginó cuando llevaba espectáculos flamencos al Teatro de las Naciones de París.
          Aun nos quedaban otras áreas que tomar en consideración para completar el sumario del libro. Gestionó festivales, fue pionero en crear plataformas culturales. Puso en marcha el Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo convencido de que desde el sur geográfico y social, desde el sur mediterráneo, se podía profundizar en una cultura de paz y de aceptación del otro diferente. No queríamos olvidar  que durante largos años ejerció de profesor de Sociología del teatro en la RESAD y escribió en los medios informativos crítica teatral, para subrayar las propuestas que eran innovadoras o desautorizar las producciones que suponían una involución. Los artículos de reflexión sobre su oficio, sobre los actores y los directores, sobre la autoría y la representación teatral, debían también integrar el índice del libro.
        Y por último, otro argumento básico a valorar era consecuencia de su militancia por la paz. En los últimos tiempos Pepe mostró una profunda preocupación por potenciar el encuentro de las tres culturas, el encuentro de las diversas religiones, para que la paz no fuera por imposición o por negación del otro, sino por síntesis y fusión de los mensajes de la tradición mediterránea. De ese modo Ángela y yo, al llegar al final del camino investigador y recopilador, descubrimos que el niño de la guerra, que había descubierto la violencia muy pronto, de adulto se había transformado en militante de la paz y la interculturalidad.

          Rodeados de académicos y amigos hemos presentado el libro en el Teatro de la Comedia, en Madrid. Ha sido un emotivo homenaje, dedicado a un hombre de teatro que se anticipó a las encrucijadas que ahora estamos viviendo. Un ciudadano del mundo que vivió las realidades y el tiempo en directo, para transformarlos en pensamientos y escritos que ahora recuperamos. 




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